Con el calor tus piernas exigen más sangre para poder oxigenar los músculos, pero también la piel requiere más aporte de esta sangre, para poder regular la temperatura corporal y evacuar ese calor interior. Por otro lado el corazón está en medio, latiendo mucho más rápido de lo normal para intentar contentar, tanto a tu piel como a tus músculos, por eso aumentan las pulsaciones más con calor.
Debido a la pérdida de agua por la sudoración la sangre se espesa y disminuye su cantidad total, complicando aún más la situación. No te preocupes, tu cuerpo se adapta, aumentando poco a poco el volumen sanguíneo y disminuyendo la cantidad de orina. Correr con mucho calor tiene el riesgo de sufrir de deshidratación, de golpe de calor (una falla del sistema termoregulador), o de sufrir lesiones.
Algunos consejos:
- Mantente bien hidratado. Toma líquidos una media hora antes de correr y sigue bebiendo mientras estás corriendo, aunque no tengas sed. A más edad mayor es la necesidad de hidratación.
- Tras una sesión intensa o carrera toma alguna comida con sal para que tu cuerpo retenga más agua, de modo que tu volumen de sangre aumente rápido.
Fuente: http://atenasrosario.jimdo.com
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